Buscando lo pequeño, encontramos lo grande

Elba Sambrano es madre de 8 hijos, abuela de un montonazo de nietas y nietos; docente jubilada, bibliotecaria y, recientemente, recibida de abogada.

Elba disfrutando con parte de su familia.

Escuchando a vecinas y vecinos nos enteramos de la historia de Elba, que a sus 70 años se recibió de abogada.

Empecemos por el principio. La vecina arrancó a estudiar a los 5 años en la Escuela Nº 22 del Barrio Monterrey, año 58. Después realizó sus estudios secundarios en el Almafuerte (Pilar) donde se recibió de maestra normal nacional en el año 69.

“El 15 de junio de 1970 comencé a trabajar en la Escuela Nº 11, haciendo una suplencia. Al año siguiente elegí cargo en la Escuela Nº 22 y ya no me moví de ahí. Fui maestra de grado, secretaria y luego directora de esa querida institución derquina”, nos contó.

También se capacitó como maestra bibliotecaria, trabajando en la 15 y 30. Y fue maestra de adultos en Nº 701.

“Esa ha sido mi trayectoria laboral. Pero lo más importante en mi vida es que pude formar una familia enorme. Tuve ocho hijos, que me dieron veinte nietos y próximamente seré bisabuela de Clarita”.

Diego, Daniela, Romina, María Eugenia, Cecilia, Agustín (Pepi), Nicolás y Yamil, sus cachorros.

Elba se jubiló en agosto de 2004 como directora. Después, nos cuenta, se dedicó a tejer.

“Hasta que un día me llaman para pedirme que me hiciera cargo de Fines 2, que funcionaba en la Escuela Nº 11. Acepté y me encontré con una escuela con más de seiscientos inscriptos repartidos en 15 comisiones”, describe.

Pero la cosa no queda ahí, en el año 2016, para acompañar a una de sus hijas, ingresa a la Universidad Nacional de José C. Paz a estudiar Abogacía.

“Hicimos el ciclo de inicio y en 2017 empezamos la carrera”.  Y el 4 de julio de este año, Elba rinde su última materia y se recibe de abogada.

“Alguno se preguntará por qué estudiar a esta edad, quizás no haya una respuesta. A veces pienso que dejo una vara muy alta a mis hijos y especialmente a mis nietos, pero si sirve de ejemplo de que siempre se pueden conseguir los objetivos propuestos, que solo es necesario voluntad y esfuerzo, para mí está bien. También pienso en aquellos jóvenes, y los no tanto, que cada día me enseñan y permiten aprender algo nuevo”.

Linda historia que nos acercó la Chola, vecina del barrio, contactándonos con Elba y así poder compartirla con nuestros lectores.

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sábado, 15 marzo, 2025

  Edición N°: 1755