Con más de sesenta años de historia, la farmacia Gutkind, con su local ubicado frente a la estación de Del Viso, celebró la incorporación de inteligencia artificial al sistema de ordenamiento de medicamentos con el objetivo de mejorar la atención a sus clientes.
Así fue como el año pasado, para esta fecha, sumó lo último en tecnología, a nivel mundial, en robótica para farmacia: el robot de fabricación alemana BD Rowa Vmax.
Cuando le hicimos la nota para El Apogeo de Del Viso (impreso), que fue recompartida y viralizada llegando hasta la TV, Eduardo Gutkind, hijo de Juanita e Issac, fundadores de la firma, nos compartió la historia.
“Fuimos a una farmacia en el Centro, me acuerdo que estaba en la zona de Recoleta, un local muy chiquitito que tiene el robot en el primer piso. El dueño nos esperó y muy amablemente nos dejó verlo. Y la verdad que nos encantó”.
A partir de ese momento se pusieron en campaña para conseguirlo. Averiguaron cómo eran los pagos, los tiempos, qué facilidades y dificultades había para traerlo.
“Esperamos unos meses y el robot llegó de Alemania en un contenedor, ahí pasamos cuarenta días de estrés para descargarlo ya que estaba distribuido en un montón de pallets, después tuvimos que esperar a que venga el equipo que lo armó, diez días más quedándonos hasta las 4 de la mañana cargando cajita por cajita, vencimiento por vencimiento, los medicamentos. Y ahora ver el sueño cumplido y cómo funciona es extraordinario”, nos contó Uriel, hijo de Eduardo, nieto de Juanita.
Este robot es el número 28 que se puso en marcha en Argentina y es un sistema alemán de ordenamiento caótico de todos los medicamentos a través del uso de la inteligencia artificial.
“Una vez que el personal valida las recetas y emite el pedido de extracción del medicamento, el robot se encarga de entregar por seis bocas distintas, que están distribuidas en toda la línea de cajas cercanas a cada puesto de trabajo, el producto. De esta manera la atención al público es mucho más dinámica ya que la búsqueda del medicamento es más rápida y sin errores. Si antes podía haber un error por uno mal guardado o porque uno se equivocó de hilera y al llegar al mostrador te dabas cuenta, por ejemplo, que el gramaje era otro, tenías que volver y cambiarlo. Con esto pedís tal cosa y tal cosa te llega”, describieron los muchachos ese día en que daban a conocer a través del diario del pueblo, la noticia de la adquisición y puesta en marcha de este nuevo sueño que cumplió un año de vida en Del Viso.