Llegó a Derqui y nunca más se fue. Hijas, hijos, nietas, nietos y tataranietos le festejaron un cumpleaños a todo trapo. Cosas del barrio.
Nació el 20 de agosto de 1934, fue mamá desde muy joven y, lamentablemente, también se quedó viuda a muy temprana edad.
“Crio a sus siete hijos solita, con valores que hoy en día son dignos de destacar, el respeto hacia las personas y el trabajo, eso es mi abuela”, cuenta Eduardo a El Apogeo.
Además de sus hijos, Ester también crio un montón de nietos, entre los que se encuentra el mismísimo Eduardo.
“Es un ser maravilloso en todo sentido, en su casa, siempre te recibe con unos mates o un tecito; y una de las cosas que más disfruta es festejar sus cumpleaños en familia”, se emociona el joven, orgulloso de su abuelita.
La foto muestra que estos 90 pirulos fueron muy especiales.
“Ella es derquina vieja, pero lo más importante para nosotros es que está bien”.
Nacida en Santiago del Estero llegó a Derqui después del Mundial 78, “vino con esa camada que trajeron desde la Villa de Dorrego, llegó con sus hijos y no se fue nunca más”.