Bruno Nahuel Maturano, vecino del Barrio Las Lilas, hijo de Cristina y Miguel. Arrancó en la filial de River, pasó por Sportivo Barracas, Club Fénix y Real Pilar.
El comienzo de esta historia fue un llamado telefónico. Miguel Ángel Vallejo, papá de un amigo de Bruno, lo llama para avisarle que lo recomendó a un equipo de la Liga Vedanense, provincia de Santa Fe.
“Cuando llegué a Racing de Teodelina, un pueblo al sur de Santa Fe de no más de 10 mil habitantes, me encontré con una familia, un grupo que hizo que vuelva a tener objetivos personales y colectivos, lo cual me ayudó a adaptarme y me la hizo más fácil a la hora de entrenar”, arrancó describiendo el joven arquero.
Esto pasó en febrero del 2023.
“Al comienzo fueron meses difíciles en lo deportivo, pero terminamos llegando a la final del ascenso y la ganamos. El club volvió al Divisional A y yo terminé jugando las tres finales dando una hermosa imagen y siendo figura. Esa fue la gran recompensa que tuve y el gran aprendizaje”, comparte con gratitud, sin olvidar tanto al padre de su amigo como a su propia familia.
“Mis viejos me dieron el apoyo que necesitaba para afrontar este cambio tan grande que se me había dado de un día a otro. El 2024 arranqué renovando con el Club y jugando de titular, doy gracias por eso. Es muy lindo vivir de lo que te gusta y encontrar personas en el camino, lo remarco siempre, hay verdaderas familias detrás de cada compañero”.
Hace seis meses que Bruno no vuelve a Derqui, y eso se extraña, “muchísimo, pero todo vale la pena al final. Estar cumpliendo este objetivo que tenía desde muy chico es un gran alivio, hoy toca seguir peleando, no bajar los brazos e insistir en esto tan lindo que es el fútbol”.
