La esencia de El Bajo sigue viva

Una canchita de barrio puede mejorarle la vida a mucha gente. Derqui está lleno de historias. Así pasó con la Canchita de El Bajo, pegada a las vías de ferrocarril San Martín.

Cacho, Carmelo y Joaquín.

Entre el paso a nivel de la Av. de Mayo y el de H. G. Martin había un descampado donde los muchachos de entonces, hoy setentones y por aquellos años purretes, armaron una cancha de 11 que se volvió leyenda.

“Los sábados y domingos se armaba cada campeonato”, cuenta con nostalgia Cacho Jején. “Vivíamos ahí”, reafirma Carmelo Cirillo. “Era arrancar desde temprano, cortar al mediodía para comer y volver rápido a la jugar”, recuerda Joaquín, su hermano.

Macho, Nicola, Chachilo, Fito, Caniche, son algunos de los infaltables que fueron parte de la mística. Y aunque la canchita ya no esté, para El Apogeo esta historia vale.


“Dos veces salimos campeones”

El equipo se llamaba Mandiyú, “hace como 30 años Coca Cola sacó una propagando donde la hinchada de Mandiyú eran cuatro, por eso nos pusimos ese nombre”, sonríe Francisco.

El equipo se completaba con Ketchup, el Tano, Juanjo, Chango, Tabo, Guille, Ludueña, Tarugo, Walter, el Patón y el Cofla.

“Dos veces salimos campeones en la Canchita de El Bajo, no lo podíamos creer”. Recuerdan los muchachos que hoy andan pisando los cincuenta pirulos.

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