Los 5 consejos sencillos que puedes seguir para vivir de forma más sostenible

(Fuente: National Geographic.)

Es injusto que te pidan que cambies tu vida cotidiana para resolver lo que, según todos los datos científicos, es una crisis medioambiental mundial, sobre todo cuando las emisiones de combustibles fósiles no cesan y los famosos toman aviones privados para recorrer distancias que podrían abarcar fácilmente en coche.

La ciencia demuestra que las acciones individuales pueden incluso marcar la diferencia en conjunto, sobre todo cuando la gente comparte información y sus opciones sostenibles se extienden de vecino a vecino.

1. Apaga las luces

Este tipo de contaminación puede parecer benigna, pero ha convertido la noche en día en un asombroso 80 % del mundo. Esto no solo nubla nuestra visión de las estrellas, sino que altera las señales visuales que indican a la fauna cuándo migrar, cazar y aparearse. Un estudio publicado en 2020 llegó incluso a la conclusión de que la contaminación lumínica, sumada a la amenaza de la pérdida de hábitat y los pesticidas, pone en peligro de extinción a 2000 especies de luciérnagas.

2. Composta los restos de comida

Cuando la comida se tira en un vertedero no solo ocupa espacio, sino que también produce metano, un tipo de gas de efecto invernadero que es 25 veces más potente que el dióxido de carbono.

Pero las cáscaras de plátano, de huevo y de cítricos y los tallos de col rizada no son basura: son el principio de la vida. Mezclados con materia orgánica seca, como hojas muertas y recortes de césped, los restos de comida se convierten en un rico abono para el suelo que ayuda a las plantas a crecer.

3. Elige plantas autóctonas para tu jardín

Si anhelas la primavera y tienes la suerte de disponer de espacio para un jardín, plantéate colocar plantas autóctonas.

Requieren menos mantenimiento que las no autóctonas porque ya están adaptadas al clima y al suelo donde se plantan. Eso significa que no requieren un exceso de agua o fertilizante.

4. Renuncia a tu césped perfectamente cuidado

Requieren menos agua, un mantenimiento mínimo, no contienen fertilizantes nocivos y crean hábitats para la fauna.

Desde la xerojardinería en regiones propensas a la sequía hasta la creación de céspedes hechos de trébol, que hace poco fue un fenómeno en las redes sociales, el movimiento contra el césped está impulsando a los propietarios a replantearse este símbolo de estatus.

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