No importa que no tengan delivery. Las vamos a buscar. No solo porque el lugar necesita de nuestra ayuda para seguir, sino porque el sabor único de esas empanadas de carne suave cortadas a cuchillo lo valen.

¿Viste cuando encontrás un lugar para comer pero al mismo tiempo compartir unas horas con los que más querés, los que ahora se extrañan en el abrazo, y que además se parece tanto a la cocina de tu casa o la de tu mamá o a la de ese amigo o amiga que cocina tan rico?
Dejame que te ponga en situación: ambiente cálido, musiquita suave, espectáculo en vivo los fines de semana (siempre de lujo), presentaciones de libros; poesía, aroma a locro, humitas, tamales, además de empanadas, con una copita de un buen tinto.
¿Viste cuando percibís que todo está en perfecta armonía y que el norte argentino está más cerca? Bueno, así nos sentíamos cuando estábamos en La Tucumanita. Ahí, en pleno centro de Pilar, sobre Víctor Vergani (578), a metros del semáforo de Irigoyen y a la vuelta de Bianea.
Y como tantos otros espacios gastronómicos y culturales, restringidos por esta pandemia, necesita de la ayuda de todos, especialmente, quienes encontrábamos en este lugar nuestro lugar. Ofreciendo comida para llevar.
“Este es el espacio que soñamos y al que le pusimos el corazón y el hombro por 14 años. Empezamos este 2020 con toda la esperanza y de pronto estábamos cerrando en marzo por la pandemia… Tuve que reabrir la cocina, haciéndome cargo yo, como en los comienzos, para seguir sosteniendo los gastos del local y empleados”, asegura Claudio Sosa, responsable del espacio, junto con Kelly, su compañera.
-¿Por qué no tienen delivery?
–La verdad que nunca tuvimos envíos a domicilio. Era un clásico que el cliente buscara su pedido. Mientras esperaba, se pedía una cervecita y escuchaba las pruebas de sonido, deseando quedarse… En estos tiempos me asocié a una empresa repartidora, que entre comisiones e ítems varios, se lleva casi el 40% de lo vendido y al motoquero le paga monedas… Salimos de esa empresa y hoy por hoy trabajamos con nuestros clientes que con mucho cariño se acercan al local –asegura el amigo que además, y sobre todo, es un gran músico. De hecho antes de arrancar con este proyecto, estuvo 4 años trabajando en la programación y producción de la Peña del Colorado en CABA.
“Mi profesión es músico, desde que salí de mi pueblo Monteros allá por 1988. Después, cuando mi compañera Kelly quedó embarazada de nuestra hija Morena, decidimos venirnos a vivir a Pilar, su ciudad natal. Recuerdo que la primera vez que entré a esta casona construida en 1870, hace 14 años, me imaginé el futuro y pusimos en marcha la idea de La Tucumanita Pilar, que no solo nace como la continuación y complemento de muchos años de estar relacionado con la gastronomía y la música popular folclórica, sino como un desprendimiento de la Casa de Empanadas fundada por mis padres, Olguita y Chichi, en Capital, allá por el año dos mil, pero que venían dedicándose desde Tucumán”, describe de los inicios.
Si querés sentir el sabor de lo regional, imaginarte por un rato en una plaza de uno de los pueblos de la Quebrada de Humahuaca, con el sol brillando en el cielo celeste; si querés transportarte a lo más profundo de nuestras tradiciones mientras comés un locrito o una humita, entonces, comunicate hoy, ahora, por WhatsApp al 1122796187, o llamando al fijo 0230-4423188 o entrando a su perfil de Facebook La Tucumanita Pilar.
Para quienes conocen ese espacio gastronómico, en este momento en que leen esta nota, se les estará haciendo agua la boca al evocar esas empanadas de carne suave cortadas a cuchillo o esa cazuela de lentejas.
Vale el esfuerzo de ir a buscar el pedido. Sin dudarlo que lo vale. Es más, diría que no importa que no hagan delivery. Se llega, señores.
Hoy La Tucumanita nos necesita, por eso a pesar de lo que cuesta, del desaliento, de querer decir basta, esta gran familia no baja los brazos, por eso, necesita de nuestra ayuda. Te aseguramos que vale la pena.
“Sigo pensando que las medidas que se tomaron son las indicadas y que lo único que podemos hacer es tratar de quedarnos en casa si podemos…”