Distopías, Orwell, 1984, cuentos de ciencia ficción, Barrio Toro, jinetes , caballos, patrulleros, Pilcomayo y Dinamarca.
El joven derquino Bruno Tapia, de 15 años, estudiante de la Escuela Técnica Nº 2, está participando de los Torneos Bonaerenses y pasó todas las etapas.
“Tuve dos semanas para escribir, así que escribí un cuento para el concurso, justamente es una distopía donde está prohibida toda la música con instrumentos, ahí comienza una aventura donde el protagonista busca estabilizar todo su pueblo”, cuenta el amigo en la puerta de su casa, junto a la mirada cariñosa de su madre.
“Quien toma la decisión de prohibir la música es un político llamado Sinemo, al final se descubre que es un alienígena que logra engañar a todos”, sigue describiendo.
-El político alienígena ¿no quería la música?
-No. Solo no quería la música, sino que a la vez mostraba su ruido deshumanizado. Afirma el protagonista del cuento que lo hacía escuchar todas las mañanas en una escena de represión constante -repasa Bruno.
Rosana, su madre, tiene mucho que ver con la literatura ya que es profe de Lengua, “mi hijo leyó toda su vida, siempre para su cumple le regalamos libros”.
La joven docente (41) trabaja en la Media Nº 7, a la vuelta de la casa familiar.
-Bruno es un capo, lee y escribe, pero ¿cómo están los chicos del Barrio Toro con la literatura?
-Se puede decir que la gran mayoría está alejada de la literatura clásica, pero no de la lectura. Debo decir que circula otro tipo de literatura no convencional, cuento digital, mangas, cómics, otros géneros. En ese sentido Bruno me orienta bastante, la verdad que nos nutrimos mutuamente -responde la profe Portillo.
Volviendo al joven escritor estudiante de la Técnica de Derqui, informamos que el 14 de septiembre viaja a Mar del Plata en representación de la comarca para defender su cuento de ciencia ficción “Prohibido los violonchelos”.
Agradecemos a la preceptora de la Técnica Nº 2, Mónica Savela, quien se comunicó con El Apogeo para contarnos sobre esta noticia. Y al director, Claudio Sosa, por su buena predisposición.