La palabra vecino es enorme, sobre todo si uno tiene un buen vecino. Lo cual es como sacarse la grande.

Tener un buen vecino es importantísimo para la vida. Esto es algo que se valora, justamente, cuando se presenta la contracara.
Entonces, si la mala suerte te pone un mal vecino a tu lado ¡a la flauta! Eso sí que es cosa seria, casi una maldición, diría.
Sin embargo, como este es un diario de buenas noticias, nos ocuparemos del Dr. Terrizzano. ¡Qué bendición, señoras y señores, el poder rescatar, el tener la oportunidad de contar en el diario del pueblo la historia de este buen hombre!
Y no porque lo hayamos conocido, sino porque sus vecinos nos pidieron escribir sobre él.
“Carlos Horacio Terrizzano fue un médico generalista, clínico, de acá, de Del Viso. Y fue muy solidario, esa fue una de las cosas que más lo destacaba. Siempre cruzó la ruta para curarnos, a mí y a mi familia, y nunca nos cobró un centavo”, se le quiebra la voz a Karina, vecina que vive frente a la casa del doc.
“Tuvimos la suerte de que el último 20 de agosto nos invitó a su cumpleaños, cumplía 89 y estuvimos con él. En septiembre hicimos un asadito en casa y se vino. Ya estaba enfermo”, continúa repasando emocionada sobre los últimos encuentros.
“Muy buena gente, muy buen médico, muy compañero de su esposa Susi, y muy solidario”.
El Dr. Terrizzano tuvo su consultorio en pleno centro de Del Viso, sobre la Ruta 26 pasando la vía a pocos metros sobre la mano izquierda.
“No importaba la hora, él iba y venía. Una persona honorable de Del Viso”, suma Claudio, esposo de Karina.
“A las 5 de la mañana salía, a las 11 de la noche volvía, haciendo visitas a domicilio, atendiendo en el consultorio. Vivió para la medicina”, afirma.
Lindo hacer este tipo de notas. Rescatar la esencia contada por la gente. Para esto estamos. Dios lo tenga en la gloria, Dr. Terrizzano, que acá, en la tierra, hizo su buena obra.