El predio situado entre las calles Chile, Rivadavia y French vuelve a ser historia.

En marzo del 2012 ocupó las páginas de los diarios locales cuando vecinas y vecinos de Del Viso y Derqui construyeron un puente para unir ambas ciudades en un gesto concreto y simbólico con un paso peatonal digno sobre el Arroyo Pinazo.
Más de mil personas fueron parte de la iniciativa que marcó un precedente muy importante con respecto, sobre todo, al cuidado de ese espacio natural.
Lo cierto es que después de 9 años y gracias a la historia, hoy “El Bosquecito Pinazo” vuelve a florecer en un nuevo sueño.
Es que el mismísimo Padre de la Patria, el General San Martín, en su camino hacia la batalla de San Lorenzo, pasó la noche ahí, convirtiendo ese lugar en un punto histórico de alto calibre y referencia cultural no solo para las localidades mencionadas sino para todo el partido de Pilar y la región.
Enterados de esto, un grupo de vecinas y vecinos comenzó a armar el proyecto para garantizar la preservación del lugar histórico identificado como la “Posta del Arroyo Pinazo”, para que dicho espacio no pueda ser modificado ni alterado o destruido de modo parcial ni total, ni sea transformado su entorno y que, a su vez, sea declarado Patrimonio Histórico y Cultural así como también una Reserva Natural, conformándose además una Comisión de Preservación de dicho espacio que a su vez lleve adelante un trabajo de investigación para profundizar sobre los hechos que involucran, nada más ni nada menos que a San Martín en su paso por los Partidos de Pilar y José C. Paz y rumbo a la primera batalla que le daría la victoria para que la historia lo lleve después a liberar del yugo español a los países de Chile y Perú.
“Cuando pensamos que ya estaba todo perdido apareció este dato histórico como diciéndonos: acá estoy, soy el arroyo Pinazo, el bosquecito, sigo siendo importante, no me descuiden más, cuídenme. Cuídenme”, expresó Adriana García, una de las impulsoras del proyecto.
El camino de la historia grande de la Patria se cruzó, ciento y pico de años después, con la otra historia grande que nace y se escribe en los barrios, donde la esperanza es vida, donde los sueños no mueren sino que siguen ahí, brotando en los corazones sencillos que se unen para luchar.