Uno de los primeros Jardines de Infantes de enseñanza púbica creados en Presidente Derqui es el 916, ubicado frente a la Plaza Monterrey, pegado a la Escuela 15 cerca del querido Arroyo Pinazo, donde aprendieron a nadar nuestros mayores.

Los lugares son mucho más que paredes. Son hogares, son espacios de enseñanza, de contención, están llenos de la vida que late al amparo de sus techos.
Cuántas pequeñas derquinas han pasado por sus aulas, cuántos pequeños derquinos han aprendido las primeras letras, los trazos iniciales en estos veinticinco años desde su creación.
Porque en noviembre, el 916, festeja su vigécimo quinto aniversario. Y por eso nos alegra el alma brindar un espacio en El Apogeo Diario para compartir su historia junto con algunas fotos con los rostros que hoy trabajan en ese espacio educativo.

Stella Beltrán es su actual directora y Dardo Ocampo, el vice.
Compartimos la invitación para ser parte de esta importante celebración y extendemos a la comunidad la difusión de la misma para el próximo martes 7 a las 9.30 hs. en Paraguay 1680, en las instalaciones de este espacio de educación pública estatal que lleva el nombre del Dr. Florencio Escardo.
Y ¿quién fue Florencio Escardo?
Fue, nada más ni nada menos, el médico que revolucionó la pediatría.
Nació en Mendoza en 1904 y estudió en la UBA, entre sus innovaciones está la instalación de un laboratorio de bacteriología en la planta baja del Hospital de Niños Ricardo Gutierrez, donde trabajo gran parte de su vida
“Aunque el miedo y el abandono enferman mucho más que los virus y las bacterias”, señaló.
También creó un laboratorio de isótopos y la Residencia en Psicología Clínica con un pabellón de 8 consultorios procurando que los estudiantes tomaran contacto con la realidad y las necesidades de la gente.
Pero, sin duda, su gran logro fue la internación de las madres junto con sus bebés para beneficiar la recuperación de los pequeños manteniendo el vínculo afectivo. Esta iniciativa le valió cientos de críticas.
Antes de esto las mamás solo podían visitar dos horas al día a sus hijas e hijos internados.
“¿Qué puede tener de revolucionario pensar que las madres deben estar con sus hijos enfermos? Tardé 32 años en conseguir que las madres entraran a la sala en el Hospital de Niños. ¡Treinta y dos años! Es lo único de lo que estoy orgulloso en mi vida”, destacó al recibir el Premio Konex de Platino en 1984, ¿o fue cuando lo declararon Ciudadano Ilustre de la ciudad?
45 años de trabajo en el Hospital de Niños, donde llegó a ser su Director, no lo impidieron publicar 22 libros y ser presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE). “Usé todos los medios de difusión que estuvieron a mi alcance”, expresó este buen hombre que, además, colaboró en varios ciclos televisivos como “Buenas tardes, mucho gusto”, y escribió el guión de la película La cuna vacía, dirigida en 1949 por Carlos Rinaldi y con Ángel Magaña en el papel protagónico.
Una vida inquietante detrás de un nombre, el del Jardín 916 de Educación Inicial, pública y gratuita, del Barrio Monterrey de Derqui.
