Lo primero a tener en cuenta es la hidratación, es fundamental tomar mucha agua, comer alimentos ricos en líquidos como frutas y verduras crudas y evitar comidas muy calóricas. Otra de las recomendaciones es evitar la exposición al sol y buscar, de ser posible, espacios verdes en los que corra aire.
1. Beber mucho líquido
Los médicos ya no suelen recomendar una cantidad exacta. Lo más importante es qué se toma: lo ideal son jugos de frutas con una parte de fruta y tres de agua. También se puede tomar té. Las bebidas no deberían ingerirse demasiado frías ya que el cuerpo necesita mucha energía para que el líquido adopte la temperatura corporal. Para un toque de frescura, mejor ponerle un poco de limón a la bebida. Los problemas de salud vinculados a la deshidratación pueden ocurrir en todas las edades, siendo más frecuentes en bebes y niños, adultos mayores y embarazadas.
2. Comer liviano
El cuerpo ya tiene bastante con el calor, por eso no hay que sobrecargarlo con comidas grasas. Las frutas con mucha agua como el melón o el durazno son ideales ya que aportan líquidos. Las comidas deben ser ligeras y fáciles de digerir. Los expertos aconsejan también prescindir del alcohol.
3. Ventilar bien el hogar
Que entre una brisa ligera por la ventana o el aire de un ventilador ayudan a dormir. También se puede rociar la piel con una fina bruma de agua antes de dormir. Todo esto es mejor que dormir con aire acondicionado. Además, el aire acondicionado seca el aire y con ello las vías respiratorias, lo que facilita las infecciones.
4. No ducharse con agua muy fría
Si bien suena tentador, el cuerpo reacciona a este cambio brusco de temperatura aumentando la suya. Lo mejor es una ducha tibia con, en todo caso, algunos chorros fríos.
5. Cuidado con los niños
Los adultos se dan cuenta cuando tienen mucho calor o están deshidratados, pero no es el caso de los niños. Por eso hay que aplicarles protector solar y ofrecerles líquido seguido, además de tratar de que se queden a la sombra.
6. Escuchar al propio cuerpo
Antes de desmayarse, el cuerpo envía varias señales de advertencia. Si se marea o le duele la cabeza, vuelva a su casa o refúgiese en un lugar cerrado, tome líquido y refrésquese. Para quienes no tienen el hábito de beber agua existen aplicaciones para el celular que ayudan a recordar su ingesta, o incluso pueden usarse alarmas tradicionales.