por Victor Koprivsek

Todos tenemos un sueño, un sueño que sostener, un sueño que nos sostiene.
Del primero al último quienes nacimos acá andamos de antorcha en antorcha, de brillo en brillo, hasta que se apaga el día.
Pero la música queda. Queda la poesía.
Y, gracias a Dios, tenemos El Apogeo Diario para convertir los hechos culturales en noticia. Para destacar el trabajo de tantas emprendedoras y emprendedores locales que apuestan a Derqui, que llevan adelante sus comercios, que le ponen el pecho al trabajo.
Desde acá difundimos sobre la gente común, celebramos cuando tenemos algún triunfo, como les está pasando a los muchachos de Sayani Folk que andan recorriendo escenarios y sembrando su música.
También desde estas páginas estamos para acompañar cuando nos toca perder, como le pasó a don Anselmo, que se le prendió fuego la casa, acá cerca sobre Edison entre Chacabuco y Tucumán.
Y así andamos escribiendo nuestras cosas desde hace 14 años.
Por eso, cuando me enteré que Aspirina para Mirta cumple 20 primaveras desde la primera canción y lo van a celebrar el 18 de noviembre en Del Viso, uní mis manos bajo el sol de la antigua plaza e hice un hueco cual vasija, y en la vertiente del agua sencilla de la amistad abrí el grifo para beber una vez más.
Para volver a nombrar y alzar en la palabra aquello que no muere, todo lo que late y enseña. La buena semilla de la resistencia.
Así Derqui va pariendo música en el dolor de sus rincones. Poetas nacen al pie de los acantilados del alma, entre los trenes y las fábricas.
Cabalgando en motos chinas las aventuras de la noche y el amor, recordando de dónde venimos y honrando a quienes nos parieron.
Antorchas del día los acordes cantan en la ronda de hoy, vapuleada bajo el tinglado chocado por colectivos. Junto a quienes no olvidan la vez que fuimos niños en mitad de la alegría.
Se canta para vivir, para besar, para compartir la risa en este campo donde crecen las espinas. Ahí van los muchachos cruzando por la esquina con sus instrumentos a cuesta, guitarra al hombro, platillos y parches.
Porque con la cultura al hombro es más fácil disfrutar del crepúsculo. Fuego que enciende las almas siempre vuelve a amanecer.
Bienvenidos a El Apogeo de Derqui. Acá tu historia vale.