De qué hablamos cuando hablamos de autismo y empatía

por María Almeida

Si hay dos cosas que marcaron a fuego el destino de nuestras vidas luego del diagnóstico de Pilar fueron, por un lado, el que la psiquiatra de Pili jamás le puso techo, ni nos dijo nunca “su hija no va a poder”. Y otra, que en este camino que recorremos nos hemos encontrado con personas que más allá de saber o no sobre el autismo, han tenido la apertura de cabeza y corazón para hacer su parte.

Recuerdo que la primera seño de Pili, en sala de 3 (hace 10 años), cuando hicimos la entrevista inicial y le contamos la realidad de Pili (con diagnóstico reciente) nos dijo: “Yo no sé mucho de autismo, pero díganme que puedo hacer”. Esa frase nos dio esperanza. Esta seño, desde su ignorancia sobre el autismo, dignificó la trayectoria escolar de Pili en sus primeros 2 años en el jardín, y fue ejemplo para las seños que más adelante acompañarían a Pili en el nivel inicial.

Su amorosidad, respeto, su compromiso y empatía fueron la base fundamental que permitió que Pili amara ir al jardín, que disfrutara y brindara su mejor versión. Permitió que los compañeritos de Pili disfrutaran de estar con ella, entendiendo con tan sólo 3 y 4 años que a Pili “había que tenerle paciencia”. Permitió que las familias de esos niños y niñas se involucraran y empatizaran con nuestra hija y con nosotros como familia. Permitió que todo un jardín (turno mañana y tarde) supiera de Pili, la reconociera y la hiciera parte. Permitió…

Fue tanto, tanto lo que una simple acción generó en nosotros y lo sigue haciendo en otros niños y familias que actualmente llegan al jardín, que inunda el alma.

A veces uno se pregunta si lo que hacemos es suficiente… si podemos hacer más. Y se me viene una frase “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo.” Y sí, de eso se trata…

Brindemos por esos que, a diario, hacen su parte, por esos que escuchan, se preguntan, por esos que buscan respuesta. Aquellos que abrazan, acompañan. Brindemos por aquellos que sostienen, que impulsan. Por aquellos que aun rotos, siguen en pie.  Brindemos por los que, aun desconociendo, se animan a ir por más en pos de la construcción de “un mundo en el que quepan todos los mundos, que solo es posible si todos ponemos nuestra parte”. Y por ustedes, que semana a semana nos siguen acompañando y haciendo su parte.

Por todos ustedes, los de antes, los de siempre, los de ahora y los que vendrán… ¡gracias!

YO HABLO DE AUTISMO, Y SÉ QUE USTEDES TAMBIÉN…

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