Cuando arrancamos con El Apogeo de Derqui, allá por junio del 2008, una de las secciones más leídas era la Mesa de Café, donde juntábamos a tres o cuatro vecinos para hablar de Derqui.

En este caso podríamos llamar a esta nota “Una charla de vereda”, ya que por esas cosas de la vida nos encontramos, nada más ni nada menos que, en la Av. de Mayo, con estas tres queridas personas conversando amistosamente sobre las cosas de la vida.
Richard Herrera, capitán de un histórico navío llamado El Molino, alto punto de encuentro frente a la Estación Presidente Derqui del ferrocarril San Martín.
“Como siempre digo, el que no conoce El Molino no conoce Derqui. Encima este año la pizzería cumple su aniversario número cincuenta”, invita el gran capitán.
“¿Te acordás cuando hacían las peñas folclóricas que venía a cantar Guzmán, un vecino que se parecía muchísimo a Guarany?”, recuerda María del Carmen Brambilla, profe de Literatura.
“Sí, impresionante. Era cuando El Molino estaba en la esquina”, afirma Richard.
Conversaciones de barrio, cosas de vecinos que vienen caminando las mismas veredas de toda la vida. Cruzándose en bares, mesas familiares y clubes. ¿Cómo no volcar esas charlas en el diario del pueblo si para eso existe?
“Yo tengo 74 años, todos vividos en Derqui”, dice orgullosa la querida profe, mientras el sol del mediodía entibia el alma.
Carlos Altamira, el tercero de la ronda, también con 74 años bien llevados, aporta lo suyo.
“Estoy orgulloso de seguir viviendo acá, en Derqui, y de estar con mis amigos. A pesar de que mucha gente llama a Derqui pueblo dormitorio, para nosotros no es así. Para nosotros es el lugar que elegimos donde vivir, donde disfrutar día a día de toda esta historia que tenemos como vecinos, donde muchos nos conocemos desde siempre, por ejemplo, con Richard somos los dos cuervos, compartimos esa alegría. Y con María del Carmen estudiamos juntos la primaria en la escuela 11”, sonríe el amigo.
“Es así”, recuerda la profe.
“Es verdad, hemos compartido tribuna con Carlitos”, suma Richard.
-¿Cómo se explica este amor tan grande por Derqui?
-Es algo que se transmite de generación a generación, mis nietos, por ejemplo, no se quieren ir de acá obviamente por el amor que le transmitieron tanto su mamá como su papá por esta ciudad, pero también yo y mi mamá y toda nuestra familia -dice Brambilla.
-Tal cual, este amor no se siente en otras ciudades, ni siquiera en ciudades vecinas. Derqui tiene una magia única -expresa Richard.
-Acá nos conocemos todos, al menos los de una generación que viene de antes cuando no éramos tantos. Pero lo importante es no perder este amor tan especial por Derqui -afirma Altamira.