Buenos vecinos
En el año de las cooperativas, tres organizaciones locales recibieron un aliciente económico por su labor, ellas fueron Integrarte Pilar y las Bibliotecas Populares Palabras del Alma y Paulo Freire.

A fines de marzo y en un breve y dinámico acto llevado a cabo en los pasillos mismos del Banco Credicoop Sucursal Pilar, se hizo entrega, por parte de los representantes de la entidad financiera, de subsidios de hasta $ 5.000 a las organizaciones sociales mencionadas.
Música en vivo, teatro, presentación en Power Point y artes plásticas entre cajeros automáticos y oficinas, dieron un marco muy particular para que los referentes se encuentren y celebren este reconocimiento.
El mismísimo gerente del banco, Javier Rovedatti, ofició de maestro de ceremonia y puente conductor entre dibujos y poesías.
Como cierre de la velada se presentó en sociedad el proyecto del Club Atlético y de Arte “Media vuelta”, con una muy buena puesta en escena del elenco “Pie Plano”, conformado por talentosos artistas de Del Viso, Pilar y Maquinista Savio.
También en el marco del “Mes de la Mujer”, la Comisión de Asociados del Banco Credicoop Filial 122, homenajeó el 20 de marzo en Pilar, a 6 mujeres que representan lo más variado del quehacer solidario.
Ellas fueron: Olga Odriozola, asistente social e integrante de “Tren del Alma” (formación que desde finales de los años `70, recorre los rincones más remotos de nuestro país, acercando a aquellos que menos tienen la posibilidad de poder tener acceso a la salud pública, gratuita y digna); Mirta Ortega Sanz, sanitarista pilarense y médica históricamente militante del distrito; Noelia Taborda, referente de la ONG “Un Techo Para Mi País”, y Gabriela Dato, voluntaria en la construcción de más de 30 viviendas que se realizó en el barrio de Peruzzotti, Pilar, en junio del año pasado; Graciela Labale, docente y militante por los Derechos Humanos, y Mirta Baravalle, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora.
La cercanía al 24 de marzo, día en que se recuerda el levantamiento cívico militar de 1976 conocido como el comienzo de uno de los peores genocidios en la historia de nuestro país, hizo que el evento se llene de emoción, fortaleciendo el compromiso de los días presente en el legado de lucha de los 30.000 detenidos, torturados y finalmente desaparecidos, los cuales en su gran mayoría eran jóvenes llenos de nobles ideales, artistas, personas sensibles al dolor del otro y la realidad de desigualdad social y necesidades que sufría el pueblo argentino.
