Derqui tiene su gente. Así fue y así será. Y así escriben dos que conocieron al querido “Indio” Fleytas, que partió hace poco.
“Los cagaba a gritos a los que no corrían. Sin embargo había ternura en sus ojos de indio, por eso lo quería el piberío. Poco sé él, los de Toro solíamos ser sus adversarios, sólo que cuando el resultado le era favorable plantaba los equipos de manera tal que era muy jodido empatárselo. Quería que sus pibes ganen, quería que sus pibes lo den todo. Seguro que él no se guardó nada ahí desde el costado de la cancha… Pienso que su paraíso sería un potrero lleno de niños con miradas dignas… Pero si no le tocó ese cielo dichoso y le toca volver a pelearla, lo imagino entre el piberío derquino enseñándole a soñar con un gol detrás de la pelota, con sus pies de charol descalzos. Hasta siempre Indio Fleytas”, escribió nuestro amigo Pablo “Chino” Méndez.
“A pesar de que lo quiero disimular con risas y actividades, ya se me hace inevitable no extrañarte y callar el dolor. El vacío que dejaste en casa y el barrio es muy grande. Te fuiste en un momento muy difícil. Pero el saber que estas con Jesús, quizás jugando un partido o simplemente sentado a sus pies escuchando anécdotas y que acá nos dejaste un gran legado me llena de entusiasmo y metas. Te extraño abuelo y te amo”, compartió Johnny Fleytas, nieto del vecino cuyo nombre ya resuena en la historia. La que vale la pena. La que quedará por siempre en el barrio.