Los jóvenes escriben poesía

La poesía de fin de año arrima pantanos de bruma. Esta hecha de espinas y soledades. Es una luna inmensa y pálida que nos mira andar perdidos dándonos golpes contra los espejos.
La poesía de fin de año sale al rescate de quienes aman. Porque entre mate y mate, lo sencillo se vuelve extraordinario.
La poesía de fin de año abraza el dolor de los sufrientes, de quienes viven agobiados por los falsos escenarios que dibuja la cabeza. Cansados de la presión.
La poesía de fin de año es música rota que comparte los pedazos y los va uniendo unos con otros hasta surcir palabras como confianza.

Compartimos en El Apogeo Diario tres poemas de tres jóvenes que viven en el partido de Pilar.
No se conocen entre sí y, sin embargo, salen juntos a dar la gran batalla: la de abrir el pecho y sacar el corazón para compartirlo a quienes sepan valorar.

DIME LUNA
Otro insomnio sin canción.
¡Dime, oh Luna, tu cruel premonición!
Otro supuesto de opresor.
¡Dime, Luna!
¿Tu soledad se hará eco en mis pies
de ampollas abiertas?
¿Hallaré el cielo de tanto buscar?
¿Aventurarse a descubrir el fin
o andarlo a ciegas?
Todo espejismo debe terminar.
No estoy acá para salir ileso de esto.

Autor: Nico Larroca

Nicolás es músico, participó junto a otros colegas en un ciclo muy bello que se lleva adelante en la Biblioteca de Pilar. «Agradecimiento especial a los músicos que compartieron con nosotros esta velada: Ignacio Olmos, Nahuel Quiñones y Rodrigo Padilla. A la Biblioteca Bartolomé Mitre, a Hector Bacci y como siempre a la familia y amigos por ser motor y sostén», compartió con El Apogeo.

JUEGO DE PALABRAS
Todo empieza con una tatata que no entenderé jamás
luego siguen las brisas por mi camisa
todo suena celeste,
colores pasteles,
todo sigue con una sonrisa,
cada vez que te veo con la mirada fija en lo que podría ser de mi alma,
cuando ves eso que yo no logro alcanzar con mis ilusiones más profundas,
cuando depositás tu fe en mi persona,
cuando preferís pasar el resto de tu vida a mi lado,
en un sillón, en una cama, en el piso, en la mesa, en un rincón de mi cabeza que estoy creando cuando va pasando el tiempo
tomando mates, agua, jugo, fernet, tereré, y mates otra vez
comiendo anvorgesas,
en el pasto
en la tierra, en un banquito, rodeados de perros o gatos
tomando café sin lactosa, con edulcorante pero en el sol
comiendo mandarinas en el invierno
torta fritas y empanadas los días que se cae el cielo
torta de sambuchitos en los cumpleaños
cocinar juntos
armar la cama juntos
mates juntos
tés juntos
estar juntos
armar planes juntos
necesitar estar juntos
tarde o temprano todo lo que me hiciste soñar junto con este juego de palabras se hará realidad
y no te asustes si me ves llorar más de una vez
y no te asustes si te amo cada cinco minutos un poco más…

Autora: Claudia Palavecino

Claudia Palavecino es una poeta derquina que publicó su primer libro en septiembre del año pasado, Caminos escabrosos hacia la resiliencia.

EL CONSENSO DEL AROMA. LA DECADENCIA DE LA CARNE
Tengo dudas al sentir la necesidad de tocar tu alma. No quiero ensuciarla con los dedos grasientos de mi intriga. Entonces, ya no siento la necesidad de tocar tu alma.
Por si la dregado con lo tangible.

Autor: Preszcea

Joven vecino de Barrio Toro, estudiante de Filosofía en la Unpaz.
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