Walter Cabrera (48), derquino desde los 9 años. Gran jugador de golf, pero su pasión fue, es y será el fútbol.
Cuando era pibe, fue uno de los que plantaron el perímetro de pinos del Hogar San Marta. “En ese momento tenía 15 años. Momentos difíciles de la familia donde uno se la rebuscaba con diferentes cosas, yo colaboraba y ganaba un plato de comida, una merienda”, arranca contando en una de las mesas del Bar El Amanecer, lugar al que nos citó Walter para hacer la entrevista.
“Me acuerdo que estaba Sor Ágata, de hecho, después mi vieja trabajó en Santa Marta de manera formal. Y se jubiló ahí”.
Derqui entrevera el piberío en sus instituciones, en sus baldíos y esquinas; el barrio une destinos que quedan abrazados para siempre.
“Nosotros jugábamos, en la década del 90, en Abrojal, entramos a la Liga Escobarense y salimos campeones un par de veces, con la Reserva y la Primera; pero por diferentes circunstancias de la vida tuve que dejar”.
-Arranquemos desde el principio, ¿cómo empezó tu camino con el deporte?
-Lamentablemente nací con una habilidad, pero no en el fútbol sino en el golf. Digo lamentablemente porque es un deporte que no me gusta. Ojalá hubiera tenido un diez por ciento de esa habilidad en el fútbol, pero no fue así. De todas formas, agradezco haber salido campeón con la ENET de Derqui en el 89, en los intercolegiales, y con el Tratado de Pilar. Ya en Abrojal, como dije, salimos campeones con la Reserva dos veces, en el 92 y 93, y con la Primera en el 94. Insisto, es una pasión por el fútbol que tengo.
-Y ¿cómo fue que seguiste el camino de la dirigencia deportiva?
-En 2007 veo en Telered una nota a Juan Zapata y me gustó la idea de entrar con nuestro equipo a la Liga. Con Juan no se pudo dar, pero seguimos intentando por otro lado. Nos acercamos al Club Unión y tampoco pudimos por ahí, hasta que me crucé con Fito Cabrera del Polideportivo Derqui.
Un voto de confianza que marcó su vida.
“Quiero resaltar al Poli y a Fito, agradecerles porque me dieron la oportunidad de representarlos en la Liga y desde ahí iniciar mi camino con el tema del fútbol”, destaca Walter.
También recuerda -mientras suena en El Amanecer Cochero e´plaza, cueca cuyana interpretada por Los Chalchaleros- su camino como DT que lo llevó a pasar por el Club Unión Del Viso en el Torneo Federal, San Lorenzo de San Miguel y de Pilar, “en 2014 dirigí mi último partido de manera oficial, San Lorenzo vs Derqui, una final de la sub 20; después por cuestiones económicas y de salud tuve que dar un paso al costado”.
Y su paso por Atlético Pilar, en 2013, que fue tan bueno que hoy dirige en ese importante club de la zona.
“En 2018 se comunicaron conmigo para dirigir el femenino, que estaba jugando en la AFA, por cuestiones laborales no pude ir. Pero antes de la pandemia, me sumé al plantel. Actualmente el club logra sumar cuatro categorías y la Primera que participa de un torneo de nivelación muy importante, tendría que haber empezado en diciembre, pero al haberse demorado la AFA nos dio la oportunidad, a los 14 equipos, de ser parte de un Torneo Apertura y un Torneo Clausura con ascenso directo a la C”.
Este Torneo Promocional Amateur genera mucho entusiasmo en todos los equipos, sobre todo por la posibilidad del ascenso.
“De la Liga Escobarense somos tres, además de nosotros están Deportivo Metalúrgico y Náutico Hacoaj. En la primera fecha, 24 de febrero, nos toca contra Náutico, y la segunda, contra Metalúrgico”.
-Contanos qué significa Derqui para vos.
-Trabajo en Capital desde hace 30 años, en una empresa de marketing farmacéutica, el dueño es pionero en el mundo y es argentino. De hecho, Bonaparte, así se llama, me patrocinaba cuando jugaba al golf, pero un día le expliqué que no me gustaba y el 1 de junio de 1995 me tomó para que trabaje en la empresa. Ese mismo año, un mes después, el 1 de julio, me puse de novio con Jimena Arotce, con quien tuve una hija, Maylen. Lamentablemente Jimena fallece en 2003. En Derqui tengo mi vida, la familia, los amigos, el saludo con los vecinos. Derqui es todo para mí.
Tanto es así que todos los jueves se junta con el mismo grupo a jugar a la pelota y comer un asadito, desde hace más de 30 años.
Los interminables
“A fines del 95, Raúl Arotce, el papá de Jime, desafió al fútbol a sus hijos, Mauro y Manuel, en ese momento yo jugaba para mi suegro; empezamos en la canchita de la Cautiva, fue más que nada un evento familiar con cierta continuidad que de a poquito se fue disolviendo, pero fueron sumándose amigos de siempre y hasta el día de hoy seguimos firmes. Pasamos de la Cautiva al Club Derqui, después a la canchita frente a la Estación Toro y ahora estamos en la canchita de Dios, del otro lado de las vías, que maneja Iván Mancini”.
En el cierre de la nota nos metemos en el mundo de la dirección técnica…
-¿Cuál es tu pizarrón?
-Mi sistema táctico es el tradicional y antiguo, que para mí es el mejor de la historia, el 4-3-1-2: cuatro defensores; tres volantes (uno de recuperación y dos de colaboración y proyección); un enganche asistidor (estilo Bochini, Aymar o Gallardo); y dos delanteros (uno de área y otro de extremo).
“Quiero seguir intentando ese sistema de juego, aunque hoy no se vea mucho. Me interesa que los chicos se puedan divertir, no entrar a la cancha y pensar solamente en ganar. Que disfruten del juego y que los resultados sean no casualidad sino causalidad. El fútbol es un juego de improvisación permanente. Messi hay uno solo, lo importante es que puedan disfrutar de cada partido con un mensaje motivacional adecuado, empático y simple”.