En este caso con una familia derquina, conformada por Jorge y Karina, su hija Noemí, el yerno Ezequiel, y un cachorrito muy divertido.

Quienes viajan dicen que es un hecho que a cualquier lugar donde vayas, siempre te cruzás con alguien de Derqui. ¿Será verdad?
Lo cierto es que a nosotros nos pasó. En una escapada por las playas de San Bernardo, en la Costa Atlántica, nos cruzamos con la familia Méndez.
Jorge, alías “el 22”, nos divisó entre la multitud y enseguida se acercó a saludar. Imposible no hacerles una nota.
“Hace cuatro días que estamos acá y nos tocó lindo clima, la estamos pasando bien”, cuenta Jorge, de 65 años, todos vividos en la ciudad del saludo y la amistad.
“No sé cómo lo sacamos de Derqui”, sonríe su hija.
-¿Qué significa para ustedes ir de vacaciones en familia?
-Es salir a disfrutar, descansar y dejar un poco la rutina, animarse a lo desconocido porque no todo el mundo conoce el mar. Es darse la oportunidad de vivir algo nuevo -responde primero Noemí ante la mirada transparente de su mamá.
-Está bueno, es cierto que no todos tienen la posibilidad. Lo van a entender una vez que lo hagan, una vez que vengan, una vez que se cansen y vayan a dormir, una vez que salgan a pasear, que estén con la familia; si tenés tus hijos, verlos correr por la playa. Está bueno. Tienen que vivirlo, no se tienen que quedar con las ganas. El que no tiene la posibilidad, bueno, pero el que la tiene que no la deje pasar -aporta el yerno Ezequiel.
Ambos se conocieron en el secundario del Club Derqui, hace cinco años. Una historia de amor que sigue en pie.
Como la de Karina y “el 22”. Aguante Derqui.