“Voy a vivir hasta los 120 años”

Pino Valero (59), teatrero derquino y músico; padre de 8 hijos, abuelo de 14 nietos, casado en segundas nupcias con Antonela.

“Las dos cosas que me rescataron en la vida fueron Antonela, mi esposa, y el centro cultural El Bodegón que funcionó en la cancha de bochas del Club Unión entre los años 2003 y 2007”.

El teatro en Derqui tiene sus referentes. Los pioneros, allá por los años 70, fueron Tito Ramos, Armando Marino, Luís Cardozo y las hermanas Angerami (Norma y Alicia).

Después, a fines de los 90, una nueva camada volvía al ruedo con la obra Drácula, dirigida por Pino Valero, recuperando la magia del teatro en la Ciudad del Saludo y la Amistad.

Años después, en el viejo Bodegón, cancha de bochas del Club Unión, siguió adelante el camino de este derquino, abriendo un taller a la comunidad y haciendo varias presentaciones legendarias como, por ejemplo, el “Piquetero”, interpretada por Marcelo Castro, y el entrañable “Bebeto” de la mano de Javier Paz, más conocido como Clov.

Hoy, pisando los 60, Pino nos trae algunas novedades de su vida, pero no solo del teatro sino también de la música.

Es que lanzó un disco y lo subió a todas las plataformas que existen: YouTube, Spotify, Amazon y Apple Music, etc.

“El disco se llama Bondage. Lo grabé yo, toqué todos los instrumentos, lo mezclé, lo mastericé y después lo mandé a remasterizar a Londres. Le dije a mi señora: ‘Hago esto y me retiro’”, cuenta en una de las mesas de La esquina de las letras (San Martín e Iparraguirre) Derqui.

Jorge Horacio Valero, su verdadero nombre, es padre de 4 mujeres y 4 varones, y 14 veces abuelo. “Los pibes míos no escuchan la música que hago yo, es música de viejos”. Sonríe el amigo.

Pino también filmó dos películas en Derqui: Reyes restaurados y Juego de espejos.

-¿Cómo arrancó tu amor por el cine?

-Cuando tenía 14 años me fui en tren, solo, a la calle Lavalle, en Capital, a ver la película de Pink Floyd, The Wall, era el año 79; me partió la cabeza. Era la época del cine continuado y la vi dos veces. Después de eso vivía en el cine. De hecho, puedo decir que me he instruido en el cine y que ahí está mi pasión.

Pino llegó a Derqui en el año 70, “nos mudamos al lado de los Geder, calle Medrano. Después acá cerca, sobre Iparraguirre, donde años después vivió el doctor Gómez. Y, por último, donde vive mi vieja ahora, Dorrego entre Sucre y Quintana.”

Con respecto al teatro, actualmente Antonela, su esposa, está dirigiendo una obra suya: El idioma de los perros, con actuación de Marce Castro y Max Baiguera.

“Yo estoy dirigiendo dos más, una se llama: ¿What happens to Betina y Elsa? con actuación de una gloria de nuestro teatro, Vicky; y Cocinando con Elisa, con Sabrina Biondi, una actriz de Del Viso, y Viviana Valero, mi hermana que retomó las tablas”.

-¿En algún momento las tres obras se van a presentar?

-Sí, las cuatro. Porque hay otra que dirige Natalia Gualtieri.

-¿Qué cosas te quedan por hacer?

-No me quiero morir sin hacer la experiencia de la ayahuasca. No me quiero morir sin tirarme en paracaídas. No me quiero morir sin hacer bungee jumping. Tal vez me muera haciendo algunas de esas cosas, porque el paracaídas no se abre o la soga se corte o simplemente me dé un bobazo -vuelve a sonreír.

-Con respecto al arte, ¿te quedó algo pendiente?

-En algún momento me gustaría volver a filmar.

En el final de la nota, vuelve a invitar a que se den una vuelta, especialmente, por su canal de YouTube Pino Valero, “para escuchar mi último disco y ver los videos de las canciones. Hay mucho trabajo, mucha inversión y mucho de mí en Bondage”.

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