Nada más fácil de hacer que una ensalada de lechuga y algo más… fresca y especial para los días de mucho calor.
El origen de la lechuga se ubica en la cuenca del Mediterráneo. Las primeras indicaciones ciertas de su existencia datan de aproximadamente 4.500 años a.C. en grabados de tumbas egipcias. Desde el Mediterráneo su cultivo se expandió rápidamente por Europa y fue traída por los primeros conquistadores a América, donde se ha convertido en una de las hortalizas más populares y de mayor importancia económica.
Es un alimento que aporta muy pocas calorías. Contiene un alto porcentaje de agua (90-95%), vitaminas (folatos, provitamina A o beta-caroteno y cantidades apreciables de vitamina C), minerales (potasio, magnesio) y fibra (necesaria para el buen funcionamiento intestinal).
Las hojas externas de color más oscuro son más nutritivas que las blanquecinas del interior. Su riqueza en minerales, especialmente potasio (muy necesario para mantener un nivel adecuado de líquidos en el cuerpo) junto con el calcio y el fósforo la hacen especialmente adecuada para el correcto bienestar de los huesos. También, previene el envejecimiento precoz e incluso ayuda a combatir la caspa.
Contiene muchos aminoácidos necesarios para la formación de las proteínas, algunas, como la alanina, a veces necesarias para la construcción del tejido muscular y nervioso; otras, como la glicina, para el correcto funcionamiento del sistema inmunológico. Además, tiene vitaminas C y E; pero, sobre todo, es muy rica en beta-caroteno que el hígado trasforma en vitamina A.
Propiedades de la lechuga:
– Es diurética: estimula la eliminación de orina; por ello resulta adecuada en aquellos casos en que haya que estimular los riñones para aumentar la micción, en enfermedades como obesidad, hipertensión arterial, hidropesía (acumulación de líquidos en el cuerpo con hinchazón de los tejidos), edemas, dolor de riñón (nefritis), cálculos renales, insuficiencia renal, inflamación de la vejiga urinaria (cistitis). De la misma manera, se utiliza como apoyo en las dietas destinadas a rebajar el azúcar de la sangre mediante la eliminación de líquidos corporales.
– Mejora la circulación, previene la arteriosclerosis y disminuye el colesterol.
– Es sedativa: tiene un efecto tranquilizante; ayuda a calmar los nervios, controlar las palpitaciones y a dormir mejor por las noches, evitando el insomnio.
– Ayuda a combatir los ataques de asma y los espasmos bronquiales.
– Es analgésica: mediante su uso externo, tiene propiedades emolientes por lo que puede ser utilizada para mitigar los dolores producidos por golpes, torceduras, esguinces, contusiones, etc.
Este vegetal, además de todas las propiedades que nos ofrece, se puede cultivar en cualquier momento del año, en espacios muy reducidos como macetas y no requiere muchos cuidados. Nos permite, en muy poco tiempo, estar disfrutando de algo que nosotros mismos hemos plantado. ¡Ideal para realizar con los chicos y cultivar sino también la paciencia!