El tiempo ha demostrado que las espinacas aportan una gran cantidad de energía al consumirlas, no contienen grasa y facilitan la digestión.
Cuenta la historia que la espinaca proviene de la antigua Persia (actualmente Irán). En el siglo VII, llegó a China en manos del rey de Nepal como regalo para el emperador chino. Fueron luego los moros quienes la introdujeron en España en el siglo XI y de ahí al resto de Europa.
La espinaca fue el vegetal favorito de Catalina de Medici. Cuando dejó su Florencia natal, en Italia, para casarse con el rey de Francia, viajó con sus cocineros quienes le preparaban especialmente diferentes platos con espinaca.
Por su alto contenido en agua, resulta muy adecuada en dietas de adelgazamiento. Es un alimento fácilmente digerible y rico en fibras, por lo que resulta útil para evitar el estreñimiento.
Ricas en potasio, calcio, ácido fólico, betacarotenos, proteínas, hidratos de carbono y fibra, las espinacas también contienen vitamina K, necesaria para la coagulación de la sangre y para el mantenimiento de los huesos.
Un mito muy extendido sobre las espinacas es que contienen hierro. ¿Quién no recuerda a Popeye y sus músculos de acero nacidos de una lata de espinacas? De hecho, la serie de comics y dibujos animados se realizó para fomentar su consumo. En ella, Popeye, luego de devorar una lata repleta de este vegetal, cobraba una fuerza sobrenatural y así podía salvar a Olivia de las fechorías de Brutus.
Pero, ¿de dónde nace un personaje como Popeye? Y lo más importante, ¿realmente son ciertas todas las virtudes atribuidas a las espinacas?
Para entender mejor las respuestas a estas preguntas tenemos que retroceder hasta los años ‘30 y situarnos en los Estados Unidos. En esa fecha, el dibujante Max Fleischer crea a Popeye… Las exageraciones atribuidas a las espinacas, además de una licencia creativa del dibujante, estaban basadas en la creencia popular de que esta verdura tenía un alto contenido en hierro.
En aquellos años las anemias por carencia de hierro eran muy comunes, es por eso que los dibujos de Popeye fueron utilizados por las autoridades sanitarias como reclamo para popularizar el consumo de espinacas.
Sin embargo, aquellas creencias estaban basadas en un error de transcripción que se descubrió unos años después: al traducir el estudio que el científico alemán E. Von Wolf había hecho sobre las espinacas (publicado en 1870) se colocó mal la coma en el dato relativo a la cantidad de hierro, de forma que la cantidad fue multiplicada por diez.
El descubrimiento de este error no consiguió acabar con el mito atribuido a las espinacas gracias a la fuerza sobrehumana del Popeye.
Mito o verdad, las espinacas siguen siendo un alimento con interesantes características como la vitamina A, C y E, están compuestas en un 93% por agua, aportan una gran cantidad de nutrientes y tienen muy pocas calorías. Se le atribuyen propiedades anticancerígenas, cardiosaludables y antianémicas.
No perdemos nada con probar e incorporarlas a nuestra dieta… ¿Cuál será el próximo plato con espinacas que cocinaremos?