La avena y todo su poder

Al consumir este cereal, rico en fibra y vitaminas, el cuerpo se colma de energía. Los males digestivos, reumáticos y nerviosos – hasta el traicionero colesterol – se rinden ante sus no pocas propiedades; y la piel también recibe y celebra sus encantos.

Pertenece a las familias de las gramíneas (grano seco cubierto por las escamas de la flor) cuyos frutos ricos en almidón aportan una energía corporal apreciable. Rusia, Canadá, Estados Unidos y Finlandia son los principales países productores de este alimento proveniente de una planta herbácea de tallos delgados y hojas planas y alargadas.
Es uno los cereales más ricos en proteínas, hidratos de carbono, vitamina B1 o tiamina (necesaria para el buen funcionamiento del sistema nervioso), y en menor proporción otras vitaminas del Grupo B. Contiene minerales como fósforo, potasio, calcio y hierro.
Contiene menos hidratos de carbono, pero, como contrapartida, aporta más proteínas. Gracias a ello, su poder para saciar el apetito es más alto y también favorece la actividad del páncreas, lo que resulta beneficioso para las personas con la tasa de azúcar en sangre demasiado alta. Además, tiene propiedades depurativas y diuréticas, por lo que resulta conveniente incluirla en la alimentación habitual, sobre todo en caso de retención de líquidos y sobrepeso.

Beneficios saludables

Su fibra soluble ayuda a reducir el colesterol, desintoxica la sangre y previene los infartos y la arteriosclerosis. Estos son otros de sus atributos más destacables:

– Estimula la glándula tiroides (hipotiroidismo) cuando funciona con deficiencia.
– Favorece la actividad del páncreas, regulando el azúcar en la sangre.
– Combate el insomnio y el agotamiento, así como algunas quemaduras y eczemas.
– Fomenta la producción de leche en el embarazo y la lactancia.
– Es fuente de energía para deportistas, estudiantes o personas con exceso de trabajo.
– Ayuda al desarrollo físico e intelectual de los niños y propicia la salida de los dientes.
– Modera los trastornos digestivos (úlcera, gastritis) y es de fácil digestión.
– Por su contenido de fibra, ayuda a reducir kilos, pues actúa como regulador metabólico.

Propiedades dermatológicas

La tendencia – cada vez más ascendente – de la utilización de terapias naturales para los tratamientos de belleza ha puesto a la avena en el centro de la escena de la dermocosmética. Por eso es uno de los principales activos de cuantiosos productos como jabones, cremas y lociones. Su rasgo más distintivo es la cualidad de retener la humedad en la piel.
Las razones sobran para que se haya convertido entonces en la amiga fiel de algunos tratamientos cutáneos. He aquí los motivos: sus partículas absorben la suciedad y los residuos celulares, mantiene una barrera protectora frente a las agresiones externas, calma las irritaciones de origen alérgico, sus proteínas mantienen el PH de la piel en 5,5 y es buena para limpiar el cutis grasoso.

Consejito: para el desayuno prepare avena con leche, añádale una pizca de sal y llévela al fuego alrededor de 15 minutos, revolviendo constantemente. Endulce con miel y aromatice con canela. ¡Perfecto para las mañanas frescas de otoño!

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